lunes, 26 de noviembre de 2012

Boletos de cobrador automático (III)

Teníamos pendiente una tercera muestra de boletos hechos para los cobradores automáticos de fines de los años 90.

En esta oportunidad le daremos una mirada a algunos de los boletos utilizados en los buses de una de las empresas más grandes y antiguas de Santiago: la Asociación Gremial de Transporte de Pasajeros San Bernardo.

A diferencia de los boletos de cobrador automático expuestos hace un mes y medio atrás, estos tuvieron varias particularidades:

- tenían un auspiciador,
- invitaban a conservar el boleto para participar en un concurso, e
- incorporaban mensajes a los usuarios.

Especialmente notoria fue la publicidad de ANACIN, un analgésico para el dolor de cabeza muy popular en Estados Unidos, que buscaba masificar su presencia en el mercado chileno poniendo su imagen en los boletos de buses del transporte urbano. Suponemos que ANACIN financió parte importante de la confección de estos boletos, impresos por Engatel Ltda., de los que se hizo más de un millón de ejemplares.

Hubo boletos ANACIN en varios colores (amarillo, azul, café, negro, rojo, verde), con leyendas que destacaban que ahora se podían adquirir en comprimidos recubiertos y que se prefieran contra los dolores.

En cuanto al concurso, los boletos decían en el reverso que la AGTP San Bernardo y ANACIN sortearían el 22 de diciembre (no indica el año), 80 vales de $ 50.000 c/u para comprar en Supermercados Agas, y luego, entre el 22 de enero y el 28 de febrero regalarían 80 canastas con útiles escolares también de 50.000 pesos cada una. Los boletos dicen que las bases de estos concursos estarían ante notario, pero no señalan el nombre de la Notaría donde revisarlas.

Otro tipo de boletos de cobrador automático de las San Bernardo fueron los de fondo verde confeccionados por Impresores 27. Hubo un diseño de fondo verde con círculos claros, que salieron en letras A, B y C, que tenían el mensaje NO A LAS DROGAS.

Y hubo otro diseño en fondo verde plano, con 6 mensajes dirigidos a los pasajeros, que fue un aporte de carácter cívico incorporado en los boletos, que fue utilizado por varias líneas de buses en esa época.

En el caso de la San Bernardo que estamos reseñando (ver fotolog), los mensajes fueron: "No a las drogas", "Exija y conserve su boleto", "Ceda el asiento al adulto mayor", "Cancele con monedas", "No contamine, sea ecológico" y "Cuide esta máquina, a todos nos sirve".

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Una micro historia

La MICRO HISTORIA de hoy tiene ese nombre porque es una historia todavía corta, pero sobre todo porque es la historia de una micro, de un microbús del transporte público santiaguino.

Frente a la Estación Mapocho, la antigua estación de trenes transformada en centro cultural, se puede ver una antigua micro exhibiéndose orgullosa a quienes llegan a visitar la Feria Internacional del Libro.

Carlos Candia y Juan Orellana son conductores de buses del Transantiago, en las empresas Alsacia y Express. Ahí se conocieron y compartieron inquietudes respecto al rescate de las antiguas máquinas del transporte urbano, de las de antes del Transantiago. Mientras Juan trabajó en la Maipú Cerrillos, Carlos tenía historia familiar en la Ovalle Negrete, donde su padre tenía una micro.

El último 1° de mayo concretaron su idea y salieron a buscar una máquina para comprar. Buscaron en desarmadurías y "cementerios" de vehículos, hasta que se decidieron por un modelo Pinina 79 de Metalpar, porque es un modelo que marcó una etapa.

Sus empleadores actuales, Alsacia y Express, se interesaron en apoyar la iniciativa y la transformaron en proyecto, financiando la restauración del microbús y la presentación y difusión al público durante la Feria del Libro.

Juan y Carlos buscaron al mismo pintor que trabajaba con los microbuseros antiguos para que pintara las leyendas e hiciera los letreros en su joyita, con la que se presentan en Mapocho desde el 25 de octubre hasta el 11 de noviembre.


Esta MICRO HISTORIA muestra en su interior letreros de diferentes recorridos, fotos de diversas épocas de los buses y tranvías por las calles de Santiago, así como boletos, peseras y un cobrador automático, lo que la gente mira con emoción y curiosidad. Incluso han llegado cantores populares a subirse a cantar como cuando la máquina trabajaba años atrás.


Según cuentan, solo el primer día entregaron 5.000 tarjetas postales del proyecto a las personas que los visitaron. Y todos los comentarios que reciben son de felicitación y aliento por la iniciativa de rescatar esta parte de la cultura popular tan arraigada en el recuerdo de la población, rescate que es también la principal motivación de los autores de este proyecto.