lunes, 30 de septiembre de 2013

En tren de ramal en ramal

Foto: amigosdeltren.cl
La historia del ferrocarril en Chile está llena de historias. Es que por ser un país muy largo, cruzado por infinidad de ríos que bajan de la cordillera al mar, se necesitaban esfuerzos especiales para unir los diversos puntos, entregar servicios, llevar y sacar productos, etc.

Boleto de 1928
En el siglo XIX el país entendió que para desarrollarse debía transportar los minerales del norte y los productos agrícolas y ganaderos del centro-sur hacia los puertos y las grandes ciudades. Por eso, el gobierno tomó cartas en el asunto y ya en la década de 1840 empezó a planificar la construcción de líneas férreas, que permitan el normal transporte de pasajeros y mercancías.

Se iniciaron diversos proyectos para construir una línea longitudinal, que uniera las principales ciudades de norte a sur, y una gran cantidad de ramales que conectaran esa línea principal con pueblos y ciudades ubicados al oriente y poniente de los principales centros poblados.


Por esto, en Chile se construyeron demasiados ramales y subramales. En el norte fueron más de 30 los ramales y subramales que operaban, sin contar los innumerables ramales a las oficinas salitreras ni los ferrocarriles internacionales Arica-La Paz (a Bolivia), Arica-Tacna (al Perú) y Antofagasta-Salta (a Argentina). Entre estos ramales podemos mencionar: San Felipe-Putaendo, Rayado-Papudo, Las Vegas-Los Andes, Pedegua-Petorca, Limahuida-Salamanca, Choapa-Los Vilos, Carrizal-Yerba Buena, Vallenar-Huasco, Toledo-Caldera, Toco-Tocopilla, Troya-Huara, Catalina-Taltal, Paipote-Puquios, Pueblo Hundido-Potrerillos y muchos más.


En la red sur, desde Santiago hasta Castro, en Chiloé, se contaban 37 ramales y subramales, de los que solo queda en operación actualmente el de Talca a Constitución. Entre los ramales del sur se pueden nombrar: Paine-Talagante, Pelequén-Las Cabras, San Fernando-Pichilemu, Curicó-Licantén, Linares-Colbún, Chillán-Recinto, Monte Aguila-Polcura, Rucapequén-Concepción, Renaico-Traiguén, Cajón-Cherquenco, Temuco-Carahue, Loncoche-Villarrica, Los Lagos-Riñihue, La Unión-Lago Ranco y otros.


Y en este año 2013 hay recuerdos ferroviarios que hacer. El 14 de septiembre de 1863 (hace 150 años) fue inaugurado en Llay-Llay el tren de Santiago a Valparaíso, que uniría la capital y el puerto en apenas 8 horas. El proyecto lo inició William Wheelwright en 1842, los trabajos se iniciaron en 1852 y los terminó Enrique Meiggs (ver historia).

Sellos postales conmemorativos del centenario del ferrocarril de Arica a La Paz

También este año, en el mes de mayo, se cumplieron cien años del ferrocarril de Arica a La Paz, un tren que ha perdido mucha vigencia pero respecto al cual hay propuestas para modernizarlo y reactivarlo, al igual que para el caso del Transandino, que unía Los Andes con Mendoza.

La Copiapó (amigosdeltren.cl)
El primer tren que operó en Chile había sido el de Copiapó a Caldera, que tenía como objetivo transportar los minerales extraídos al interior de Atacama hacia el puerto de Caldera. Este tren inició sus servicios el 25 de diciembre de 1851 (ver historia). La locomotora Copiapó se exhibe en la Universidad de Atacama y hoy resulta increíble pensar que esa pequeña pieza metálica moviera un tren hace más de un siglo y medio.

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Los boletos de cartón tipo Edmondson que se muestran, son aporte de Francisco Riquelme.

martes, 17 de septiembre de 2013

Siempre hay novedades en 18


Como hemos contado en años anteriores, las Fiestas Patrias en Chile se celebran el 18 de septiembre. En esa fecha de 1810, se instaló la Primera Junta Nacional de Gobierno, dando inicio al proceso que liberó al país del dominio español.


Por esta razón, cada 18 de septiembre Chile se llena de banderas, de guirnaldas y de diversos elementos con el blanco azul y rojo. Para el 18 se baila cueca, se comen empanadas y se toma chicha (de uva).

El transporte colectivo también se suma al ánimo dieciochero y siempre aparecen boletos con motivos de Fiestas Patrias.

  

Este año hemos conocido los boletos dieciocheros de las empresas Ruta Las Galaxias, de Concepción, y TransMontt, de la ciudad de Puerto Montt. Los boletos muestran diversas tradiciones populares chilenas: las tinajas de greda, remolinos y volantines con diseño de bandera tricolor, las espuelas y mantas para bailar cueca, los juegos del trompo y el emboque y los organilleros que llenan plazas y calles con su música.

El doodle de Google del 18

domingo, 8 de septiembre de 2013

Por el valle del Aconcagua

Desde que llegamos a San Felipe (94 kms. al norte de Santiago) fueron apareciendo los boletos ante nuestros ojos. Caminando desde el terminal rodoviario hacia el centro de la ciudad era un recoger y recoger boletos.


Entre los más comunes están los de Buses PUMA, que es la sigla de Propietarios Unidos de Microbuses del Aconcagua, asociación gremial de empresarios del transporte de pasajeros, creada el 20 de mayo de 1982. Inicialmente prestaba servicios entre San Felipe y Los Andes, con variantes a Curimón y Tocornal, extendiéndose luego a Llay-Llay, Catemu y Putaendo, cubriendo gran parte del Valle del Aconcagua.


También se encuentran boletos de Vera Arcos, empresa familiar iniciada en 1973 por los hermanos Daniel y Manuel Vera Arcos, que además del transporte público de pasajeros, en San Felipe y localidades cercanas, realiza viajes de turismo.


Con los taxis colectivos esta vez no tuvimos mucho éxito. Hay varias líneas, pero solo con dos nos conseguimos sus boletos. Uno es un simple Vale por timbrado y el otro sí es un boleto impreso para ese efecto.

Luego nos fuimos a Putaendo (palabra que significa "los manantiales" en mapudungún), a 25 minutos de San Felipe hacia el norte. Es un pueblo tranquilo y acogedor, con una población cercana a los 10 mil habitantes. En el recorrido por Putaendo no encontramos boletos, pero llegamos al restaurant Los Adobes (ubicado en Sarmiento 315, que nos recomendó el chofer del bus Puma en el que llegamos allí) donde nos servimos un super buen almuerzo ¡de 3 platos!...

De Putaendo regresamos a San Felipe y enseguida seguimos a la ciudad de Los Andes, que es la puerta de entrada y salida para pasar a Mendoza, en Argentina.

El recorrido por Los Andes fue un poco más rápido, pero también hubo bastantes boletos. Encontramos boletos de Telugui -que suben a las faenas mineras del sector de Saladillo-, Almendral, El Amanecer y varios de Buses Portus, cuyo nombre recuerda al coronel José María Portus, comandante del Regimiento Aconcagua que en 1813 combatió a los realistas.


La locomoción colectiva por el valle del río Aconcagua, nos lleva por lugares como Curimón, Rinconada de Silva, Las Coimas, Quebrada de Herrera y otras, que muestran una sociedad apacible y con mucha complementación entre el mundo urbano y rural.