Las
sociedades siempre van sufriendo cambios. Para el caso del transporte público, el desarrollo tecnológico y el crecimiento acelerado de las ciudades obligan a modificar aspectos importantes de su funcionamiento, que permitan ganar en eficiencia y ahorrar tiempo de viaje al usuario.
Esto ha llevado a que en muchas ciudades latinoamericanas se haya pasado de los sistemas tradicionales de pago, a través de boletos, tickets o fichas, a sistemas modernos, en que el usuario cancela su pasaje de transporte por medio de tarjetas plásticas recargables sin contacto. Aquí mostraremos algunas de las que ya tenemos en nuestras colecciones, de México, Perú, Ecuador, Argentina, Brasil y Chile.
El metro de Ciudad de México, DF, fue inaugurado en septiembre de 1969, tiene 201 kms de vías, 11 líneas 175 estaciones, 14 mil trabajadores y transporta 4,2 millones de pasajeros diariamente. Solo el año 2010 transportó 1.410 millones de usuarios. Por su parte, el ferrocarril suburbano es el nuevo medio de transporte (inaugurado el 2006) entre el DF y el Estado de México (similar a los trenes de cercanía españoles o al metrotrén chileno), bajando el tiempo entre sus terminales de 150 a 25 minutos. Es "la vía más rápida al bienestar" dice su eslogan.
La tarjeta electrónica inteligente es el medio de pago en el nuevo sistema integrado de transporte público de la ciudad de Lima, que cuenta con buses articulados de gran capacidad y corredores exclusivos. En Quito, la tarjeta se utiliza en los trolebuses, que es el principal sistema de transporte público de la capital ecuatoriana. Inaugurado en diciembre de 1995, con corredores exclusivos, ayudó a descongestionar el tránsito en la ciudad y a reducir los tiempos de viaje. El uso de la tarjeta aún no se hace masivo ni obligatorio. El valor del pasaje es de 25 centavos de dólar (125 pesos chilenos) y funciona las 24 horas.
En Mendoza el nuevo sistema con tarjetas de prepago comenzó en 2006 para todo el Gran Mendoza (capital y municipios aledaños), coexistiendo con las monedas (no se aceptan billetes). El pasaje se puede pagar de 4 formas: el total con la tarjeta; una parte en monedas y completar la diferencia con tarjeta; solo con monedas por el valor exacto; o, recibiendo el vuelto en la tarjeta. En el caso de Mar del Plata, el nuevo sistema opera desde noviembre de 2010, para más de 40 líneas de colectivos que utilizan esta tarjeta recargable sin contacto.
También circulan tarjetas (cartões) en las grandes urbes brasileras. En São Paulo, el sistema es integrado metro-omnibuses y permite hasta 4 viajes en el lapso de 3 horas; el metro descuenta 2,90 reales y el primer bus otros R$ 1,59. En Rio de Janeiro, "chegou o cartão eletrônico para a integracão municipal metrô - ônibus" y este 2 de abril los pasajes subieron a R$ 3,10 y R$ 4,20 para los dos sistemas con los que cuenta.
En Chile, los tres grandes centros urbanos cuentan con tarjetas plásticas. En
Santiago la
tarjeta bip! permite usar integradamente metro y buses; en el Gran Valparaíso, el metro regional MERVAL utiliza su propia tarjeta (
ver nota), al igual que BIO-VIAS en el Gran Concepción (de la que hablaremos más adelante).
Nos falta recibir todavía tarjetas de otras ciudades que yan han implementado este sistema, como Ciudad de Guatemala, Bogotá (la del Transmilenio), Caracas y Valencia en Venezuela, entre otras.
------Agradecemos la colaboración en tarjetas de Felipe, Marcelo, Héctor y Fernando P.