miércoles, 27 de marzo de 2013

El otro uso de los boletos



El ticket de transporte -llámese boleto, billete, tarjeta, etc.- tiene una función básica que es demostrar que la persona que utiliza un vehículo de locomoción colectiva canceló su pasaje, pagó un precio por usar ese medio de transporte.

Por esto, el boleto es un elemento totalmente incorporado a la vida diaria de la población. Hasta hace pocos años, todas las personas se desplazaban en buses y todos recibíamos nuestro respectivo boleto. Y se juntaban muchos boletos en nuestros bolsillos, en los paraderos y botados en las calles.

Esto hacía que el boleto fuera un elemento siempre a la mano, a disposición para cualquier necesidad, que se utilizaba para cualquier urgencia. Por eso hubo siempre un segundo uso de los boletos: servir de papel de anotaciones.

En cualquier momento uno necesitaba anotar una dirección o un número de teléfono, o lo que nos mandaban a comprar. También servía para hacer dibujos en el largo trayecto del trabajo a la casa, para sacar cuentas, para anotar gastos realizados.

Boletos con direcciones en sus reversos (les hemos eliminado un dígito, por seguridad)

En las empresas era el respaldo del gasto de transporte del trabajador. Uno debía entregar el boleto para que le reintegren lo gastado en movilizarse y algunos contadores pedían que el boleto estuviera firmado por quien rendía el gasto. Aún hoy, hay empresas con sucursales en las ciudades en que todavía se dan boletos, que los piden para respaldar el gasto.

Dibujos, boletos firmados y detalles de gastos realizados

Además, como un importante uso alternativo, servían para hacer "torpedos", que eran las "ayuda memoria" de los estudiantes antes de un examen. Había compañeros especialistas en escribir con letra minúscula toda la materia de física, química, historia o matemáticas en dos o tres boletos que se escondían en el pantalón, debajo del reloj o en una esquina del pupitre. Quién no habrá tenido un torpedo en un boleto...

Pantys para la Sra Aida; un pasajero tomó la Colón El Llano en dic. 1985 y la Espejo en mayo;
mientras la Sra Elena Reveco necesitaba unas crónicas de A.M. 

Entre los innumerables boletos con escritos en sus reversos, hemos seleccionado algunos con anotaciones de situaciones diversas que sirvan de ejemplo para lo que estamos contando. Así, tenemos boletos con números telefónicos, direcciones, fechas de viaje, recorridos utilizados, mensajes positivos ("no se enoje"), la talla de unas pantys, sumas y restas, el valor de unas empanadas el 24 de diciembre de 1987 y hasta una lista de canciones escuchadas en la Quinta Vergara durante el Festival de Viña de 1970.
Este ha sido siempre el segundo uso de los boletos, ...ni más ni menos!!

Festival de Viña 1970

Las empanadas para la Navidad
de 1987 costaron $ 35

No hay comentarios: