sábado, 27 de noviembre de 2010

Vuelve el Buscarril

Han pasado nueve meses desde que el terremoto y tsunami del 27 de febrero arrasara con casas, pueblos, ciudades y caminos. El sismo destruyó la línea férrea en gran parte de la zona central de Chile, mientras el maremoto dejó inutilizable la estación de Constitución interrumpiendo el funcionamiento del buscarril Talca-Constitución, que es el único ramal ferroviario que se mantiene en actividad en el país.

El buscarril, declarado monumento nacional, es el único medio de transporte que permite a muchos poblados de orillas del río Maule conectarse con las ciudades cercanas, por lo que buena parte de esa población ha permanecido en semi aislamiento durante estos meses.

En una primera etapa, el buscarril se restituyó entre Talca y la estación González Bastías (43,5 kms) hasta que un alud suspendió nuevamente su servicio. A fines de agosto se reinició ese tramo y después de largos trabajos de reparación, en estos días (el 23) se reinauguró el tramo entre González Bastías y Constitución, para alegría de toda la población a quien sirve este importante medio de transporte.

Este ramal se comenzó a construir en 1889 y se fue habilitando por etapas hasta que en 1915 llegó a su actual estación terminal. Es una línea de trocha angosta, de 1 metro de ancho de vía y 88 kilómetros de longitud, que incluye 18 estaciones o paradas (Colín, Corinto, Curtiduría, González Bastías -antes Infiernillo-, Toconey, Pichaman, Forel, Huinganes, Los Romeros, Los Maquis, Maquehua).

El viaje muestra paisajes, flora y fauna increibles. Acercándose a Constitución el tren cruza el Maule sobre un puente tan viejo que se ve el río entre los tablones que sostienen los rieles.

Por eso, saludamos el regreso del buscarril, porque es un viaje imperdible y un encuentro con las tradiciones y cultura de nuestra gente.



Video de la reinauguración: www.youtube.com/watch?v=LbPxASq22v0
Otras páginas: www.cchc.cl/kwld/databank/20422.pdf

domingo, 14 de noviembre de 2010

Filumenismo, otra colección

Por Bruno Gallegos G. (*)


En esta ocasión hablaremos de un coleccionismo diferente, menos común quizás, denominado "filumenismo", que es el nombre con el que se conoce a la afición de coleccionar cajas y etiquetas de fósforos, que por su vistosidad y variación son verdaderas obras de arte muy interesantes de reunir.

Existen miles de etiquetas de fósforos en todos los países del mundo, pero esta vez mostraremos algunas de la colección particular del autor de este artículo, a quien agradecemos especialmente su colaboración.



El fósforo de seguridad
Suecia tiene una larga tradición en cuanto a la fabricación de fósforos. Los primeros fósforos de fricción, desarrollados por el químico inglés Juan Walker en 1827 eran sumamente peligrosos, olían mal y podían lanzar chispas a gran distancia.

Un hecho crucial en la seguridad del fósforo ocurrió en 1844, cuando el sueco Gustav Erik Pasch inventó los "fósforos de seguridad" (safety match), que salieron al mercado alrededor de 1850. El fósforo o cerilla en sí mismo no es invento sueco, pero con una mezcla reformulada que incluía fósforo rojo en vez de fósforo blanco se creó un producto más seguro para el usuario, pues al frotar un fósforo de seguridad en otra parte que no sea en el costado de la caja no se prende e incluso, si lo golpeamos con un martillo nada ocurre.

La patente de los fósforos de seguridad inició una era de éxitos para la industria sueca, que en algún momento tuvo el 75% de la producción mundial de fósforos. Con algunas mejoras posteriores, los fósforos que se utilizan en la actualidad en todo el mundo se basan en aquel invento de 1844.

Las etiquetas
Las bellas litografías de las cajas de fósforos suecos tenían como objetivo dar una imagen novedosa al producto que se comercializaba, además de protegerle contra fraudes y falsificaciones. Las empresas fabricantes contrataban artistas profesionales para embellecer las cajas de fósforos con dibujos exóticos y llamativos, dedicados a temas como las aves o los medios de transporte, así como diseños específicos para exportarlas a diversos países de América Latina, como lo muestran algunas cajas de esta nota.



El filumenismo en internet
No existen en internet muchos sitios dedicados al coleccionismo de etiquetas de fósforos. Algunos de los mejores son Phillumania, sobre las etiquetas de la antigua Unión Soviética y El koleccionista de fósforos, en español, con interesante material sobre los fósforos de América Latina.

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(*) Bruno Gallegos Guzmán es un ciudadano chileno residente en Estocolmo, Suecia. Colecciona boletos de micros de Chile desde hace 20 años, así como tarjetas japonesas, etiquetas de fósforos y otros artículos.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Buscando boletos en Talca



Recuerdos de un viaje a la ciudad de Talca a buscar boletos.
El día comenzó con un grato viaje en tren, atendidos por Mery, la asistente del coche salón, que nos hizo cortas las 3hrs 20min. desde Santiago hasta la capital de la Región del Maule.


Entre los daños y escombros dejados por el terremoto, que aún son evidentes en la ciudad, recorrimos las calles 1 y 2 Norte recogiendo boletos de colectivos, hasta llegar a la 14 Oriente. Si bien no habían muchas novedades, de todas maneras algo se pudo encontrar.



La última gestión fue obtener boletos de los colectivos rurales, que van de Talca a San Clemente, Duao, Constitución y otras localidades cercanas.


Edgardo se encargó de conversar uno a uno con los choferes de esos colectivos y cumplir su objetivo tener una muestra de estos boletos.

En la foto, con nuestra azafata estrella del ferrocarril Terra Sur.