
Hace algunos días nos reunimos nuevamente a compartir en camaradería y amistad.

En las últimas semanas hemos tenido que realizar muchas visitas a hospitales y era necesario recomponer los ánimos con una jornada diferente.

La casa de Pato Palma, en la comuna de Puente Alto, fue el lugar ofrecido esta vez. En torno a las brasas del disco nos dio la noche, hasta que una leve llovizna veraniega, precedida de sonoros y luminosos truenos y relámpagos, nos recordó que había que regresar a casa. Fueron más de diez horas de conversación, revisión de álbumes y confraternidad.
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