domingo, 19 de febrero de 2012

Pedro Guzmán, con alma de coleccionista


Exposición en las afueras de la Estación Mapocho (1998) y viaje a Valparaíso (1999).

Ha partido don Pedro. No quiso seguir con una calidad de vida deteriorada por las operaciones que hubo que hacerle para que sobreviva... y dejó de luchar. Sin embargo, el hecho de su muerte no impide valorar su dedicación y compromiso con el coleccionismo.


En actividades de nuestra Agrupación: el Encuentro Nacional de Coleccionistas de 2010 y un almuerzo de camaradería en enero 2011.

Aunque no tenemos un dato preciso de cuándo empezó con sus colecciones, sabemos que desde hace más de 20 años ya estaba dedicado a la colección de boletos. Y que poco a poco fue invitando a otros coleccionistas a reunirse en forma periódica, durante un tiempo en Recoleta y posteriormente asentados definitivamente en las bancas del Galpón 6 del Persa Bío-Bío.


Exposición en el Colegio San Viator (1999) y viaje a Mendoza (2003).

Durante muchos años salió a otras ciudades a buscar boletos, con sus amigos coleccionistas. Recorrió casi todo Chile y estuvo también en Mendoza, Córdoba, Río Cuarto y tenía planificado para este año un viaje a Rosario, en Argentina.



Además, iba semana tras semana, por años, a los diferentes mercados persas que hay en Santiago. Un día andaba en Peñalolén, otro en Teniente Cruz o Zapadores, buscando mil y un elementos para sus colecciones, que eran muchas.



Obedeciendo a su alma de coleccionista, reunía también sobres de té, cheques, boletos de lotería, hojas de afeitar, latas de cervezas y bebidas gaseosas, sobres de sal y de azúcar, servilletas, parche curitas, tarjetas telefónicas, llaves de hotel tipo tarjeta y, a la que últimamente le prestaba más atención y manifestaba su alegría cuando conseguía algo nuevo, era a los gorros de la Armada. Tenía varios centenares de gorros, de buques de Chile, Argentina, Ecuador, Estados Unidos y muchos otros y siempre andaba con uno diferente.


Dos momentos de las reuniones de los coleccionistas en Valparaíso, con Pedro presente: 1999 y abril de 2011.

Pero en Pedro se destacaba también su fuerte carácter y su mal genio, que le acarrearon muchas veces conflictos con otros coleccionistas, que en varios casos llevaron incluso al alejamiento de algunos colegas, que no entendían que lo que Pedro hacía era defender a brazo partido sus puntos de vista. Por ejemplo, Pedro siempre dijo y repitió que nuestra afición debía denominarse "boletofilia" y los que la cultivábamos éramos entonces "boletofílicos". Era SU opinión.


Su nieta le ayudaba a ordenar los boletos, que ahora lo acompañan en su última morada.

Como se ha dicho en estos días, Pedro era un ícono y un referente para quienes tenemos esta afición de coleccionar y sus virtudes y defectos se mantendrán presentes en quienes compartieron con él, en sus grandes amigos, sus compadres y comadres y en quienes conociéndolo y compartiendo no alcanzaron ese mismo nivel de complicidad y cariño. Porque puestos en la balanza, siempre fueron más los buenos que los malos momentos.
Por todo ello, podemos decir igual que esta tarde en el cementerio: ¡¡Pedro Guzmán, descansa en paz!!

2 comentarios:

alex santana dijo...

Muy buena reseña que lo describe plenamente, se ha ido un gran amigo y compañero de viajes y por cierto se echará mucho de menos, ojalá sus colecciones vayan a parar en buenas manos que con respeto y dedicación continuen con el legado del coleccionismo pues en ella hay mucho trabajo, tiempo y dedicación invertidos.

Anónimo dijo...

Lamentable noticia. Emocionante el homenaje que le hacen acá, y estoy seguro que es muy merecido. Que descanse en paz, y ojalá su familia también tenga paz para afrontar esta pérdida.

Eduardo.