Mostrar los boletos de la Pullman Santiago - San Bernardo, nos permite hacer una breve reseña de este servicio expreso. Su historia se remonta a mediados de los años 70, época en que se construía la Panamericana por Ochagavía, con el fin de descongestionar la Gran Avenida, evitando que los vehículos que pasaban de sur a norte o de norte a sur cruzaran por medio de la ciudad. Mucha expropiación, mucha maquinaria y grandes movimientos de tierra fueron dando forma a esta carretera urbana que hoy está licitada y se le denomina Autopista Central.
A medida que la Panamericana iba quedando habilitada, la Asociación San Bernardo fue creando líneas de expresos por esta nueva vía. Así fueron naciendo los servicios E24, E28, E30 y E05. Los diferenciaba el paradero por el que pasaban de Gran Avenida a Panamericana y viceversa.
La E24 iba por Panamericana hasta el Cementerio Metropolitano (también nuevo en esos años), salía por Brisas a Gran Avenida y de vuelta entraba por el 24, por calle Pedro Aguirre Cerda; la E28 seguía hasta Av. Lo Espejo, en el 28, mientras que la E30 lo hacía por Gral. Körner, mientras al regreso salían a Panamericana por Trinidad Ramírez y V. Plaza Mayorga respectivamente. Cuando la carretera completó sus 19 kms desde Alameda hasta San Bernardo nació el servicio E05, el Pullman San Bernardo, cuyo recorrido históricamente ha sido Freire-Colón-Panamericana-Copiapó-San Diego.
En los primeros años, el paradero de los Expresos estaba en el sector de Plaza Bulnes, en Gálvez con Alonso Ovalle (la calle Gálvez hoy se llama Zenteno). Muchos recordarán cómo se iban organizando las colas para esperar los distintos buses y en invierno era bien incómodo esperar alguna de las Expreso bajo la lluvia. Hasta que un buen día se habilitó el terminal de Tarapacá con San Francisco, en el centro de Santiago, trasladándose desde entonces para allá todos estos servicios.
Los expresos se caracterizaban por ciertos detalles: sus máquinas eran grandes, con acondicionamientos tipo pullman y pintadas de verde (ver foto más arriba); no llevaban pasajeros de pie; y los choferes eran reconocidos por su educación y buen trato (en su mayoría). Su tarifa era más alta que la locomoción normal, pero la calidad del servicio y la rapidez para llegar a destino hacían de éste un servicio preferente para la población de "San Beka".
En octubre de 1992, cuando el transporte colectivo capitalino se convirtió en amarillo, la tarifa normal era de $ 100, la de las expresos de $ 130 y la del pullman de $ 150. Cuando comenzó el Transantiago (febrero 2007), el nuevo sistema de transporte dejó fuera a muchos recorridos y entre ellos a los expresos San Bernardo. La lucha dada por los sanbernardinos logró que pocos meses después el Ministerio autorizara la reposición del servicio Pullman, pero ya no de los otros expresos. Ahí murieron 35 años de historia para la E24 y la E28 (la E30 se había terminado varios años antes).
Desde julio de 2007, entonces, los Pullman viven una segunda época. Esta vez equipados con máquinas más pequeñas (foto derecha), pero con la misma calidad de servicio y con el mismo recorrido de toda la vida. Su tarifa pasó de $ 650 en febrero de 2007, a $ 750 en su reposición, $ 900 a fines del 2008 y $ 1.000 a partir de abril del 2011.
Esta larga historia también se refleja en los boletos de los Pullman San Bernardo que acompañan esta nota. Este servicio no tuvo boletos de Casa de Moneda. Los primeros boletos son de Roensa con sobrecarga, después tuvieron algunos de Jordan y Cabo de Hornos y varios diseños de Impresores 27, incluyendo los de formato grande, hasta llegar a los actuales boletos, impresos por J.Mora.
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