En la Biblioteca Central de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile se presentó una interesante muestra de boletos de buses de Chile. Una exposición de 565 boletos, realizada con cariño, cuidado y dedicación, que es "una pequeña porción de un universo mayor, pues a la fecha no existe un catastro completo de todos los diseños de boletos que las distintas federaciones y asociaciones de transporte público emitieron y utilizaron en sus servicios".
La dirección de la Biblioteca ha instaurado la costumbre de exhibir muestras de diversos objetos coleccionables en el ingreso al gran salón, como forma de poner un elemento de acompañamiento diferente a la sala de lectura. Entre otras, se han hecho mini-exposiciones con marcadores de página, estampillas y servilletas.
El joven Miguel Ruiz (26 años) que trabaja en la recepción de la Biblioteca, cargaba habitualmente su álbum de boletos, que mostraba a los estudiantes y a sus compañeros de trabajo. Así surgió la idea de exhibirlos. La directora de la Biblioteca se entusiasmó y se montó esta exposición. En ella colabora Sergio Fuentes, también coleccionista, que aporta con una parte de los boletos y con los textos, complementados con fotos antiguas del transporte público tomados de la Biblioteca Nacional y el Museo Histórico Nacional. La funcionaria de la Biblioteca Ermelinda Pino diseñó el atractivo afiche de la exposición. Todo ello "con la intención de despertar en el inconsciente colectivo nuestros propios recuerdos del Santiago de ayer", como señala el texto que acompaña la muestra.
Miguel lleva poco más de 10 años coleccionando boletos. Se afición se despertó cuando visitaba a un familiar en Valparaíso y recibió unos boletos de la famosa serie de Buses Barón. Se entusiasmó con lo llamativo de estos pequeños trozos de papel y en Santiago, a la salida del colegio, se dedicó a recorrer diversos barrios buscando boletos. Algunas veces le iba bien y llegaba con 20 nuevos boletos pero otras veces no, nada encontraba. Así siguió hasta que el Transantiago redujo de un plumazo las opciones de recoger boletos en las calles.
Mientras recibe y entrega las mochilas de los estudiantes, Miguel observa el impacto que causa entre los usuarios de la Biblioteca la exposición de boletos. Según nos cuenta, esta es la que más se ha visto y comentado por parte de los estudiantes y ha motivado a muchos de ellos a traerle los boletos que llegan a sus manos.
La exposición destaca especialmente los boletos de Casa de Moneda, las series de El Golf - Matucana y Cerro Barón, los del Bicentenario, los de la empresa Lokal Trafik y los que promocionaban concursos, además de los boletos más antiguos, anteriores a 1950.
En su texto se dice: "Los boletos más perfectos son los impresos por la Casa de Moneda, que tenía la imprenta de mayor calidad en Chile. Más tarde surgieron otras, que comenzaron a producir -a menor costo- boletos con diseños muy diferentes, a veces impuestos por los propios dueños de las máquinas. Entre estas se destacan Roensa, Impresores 27, J. Mora y Jormar."
Esta exposición es una valiosa iniciativa que ayuda a difundir el coleccionismo y demuestra que en cualquier lugar, con interés y el apoyo necesario, es posible exhibir nuestros "tesoros", sin importar el tamaño ni los recursos con los que se cuenta para su organización. El elemento principal son las ganas de mostrar lo que se tiene y compartirlo con los visitantes, que siempre se sorprenden y recuerdan hechos y momentos que siempre un boleto deja en cada uno de nosotros.
Una vista panorámica de la Sala de Lectura con el mesón de boletos en primer plano. |
Los párrafos en cursiva están tomados de los textos que complementan la exposición, preparados por Sergio Fuentes P.